El gato, de tres años, se ha recuperado de forma milagrosa tras reposar durante una semana en su casa de Essex (Reino Unido).
Fue llevado a un veterinario donde fue examinado con rayos X. La radiografía reveló que su cuerpo estaba repleto de perdigones.
Según informa el diario británico Independent, el inspector Adam Jones ha asegurado que tendrán que extirparle el ojo al gato debido a que «una bala impactó en el centro de su ojo causando un desprendimiento de retina». Ha añadido que «le es complicado caminar debido a otra bala en una de sus patas. Para continuar.