Enfundadas en el uniforme, cada bolsillo abultado por alguna pieza de equipo, máscara de gas tapando el rostro y fusil al hombro, es fácil tomarlas por uno de esos comandos superduros de las películas que se internan en selvas imposibles y lo vuelan todo a su paso sin pestañear.
Su comandante, el coronel Frode Kristoffersen, se refiere a ellas como «las chicas»: un puñado de reclutas que integran la primera fuerza especial militar exclusivamente formada por mujeres en el mundo, las «cazadoras» oJegertroppen de ese país escandinavo. Para continuar.