Antes de llegar a esta conclusión, Newton estudió las profecías bíblicas, y el ‘Libro de Daniel’ (del Antiguo Testamento), por lo que en realidad no habló de una fecha calculada con la ayuda de la ciencia, explica ‘El Confidencial’. «En una carta de 1704, conservada en la Universidad Hebrea de Israel se puede leer: ‘podría acabar después, pero no hay razón para pensar que pueda acabar antes'», publica el periódico. Entre las fechas arbitrarias que propuso Newton figuran también los años 2344, 2090, 2132 o 2374, pero ya que 2060 aparece más a menudo en sus archivos, esta última fecha ha ganado más fama.
Sin embargo, Newton no tenía en mente la desaparición competa de la humanidad como tal, sino que hablaba del advenimiento del «milenio» o en otras palabras, de la llegada de Cristo y el establecimiento de su reino. Para continuar.